4/14/2008

Retomar la ola

Reinos de Leyenda, Los Años Oscuros

Todos los frikis acaban en el mismo sitio.

Siempre lo dije: “El mundo es un pañuelo…” (“Y tú eres mi moquito preferido”, añadiría Montse), y los frikis, pequeña comunidad de personas afines, gustos similares y complementarios, que pululamos por la red, por las librerías, por las comictecas y ludotecas, que frecuentamos y alimentamos la industria del ocio en general y videojuegos en particular, somos esa extensa familia que se deja de ver y reaparece en el rincón más insospechado.

Esa familia, cuyo primo tercero lejano, por parte de la tía de tu madre que acabó perdida en la jungla del Amazonas porque su avioneta con el pedido del Action Cómics número uno, aytografiado, se extravió entre la arboleda y tuvo que ir a rescatarlo; apareció en la tienda de debajo de tu casa a explicar la hazaña y dedicar no pocas ovaciones al logro.

Hacía como un año que no veía a la gente de Asshai, éramos un grupo más o menos compacto que el año pasado íbamos al cine, a cenar, a frikear, de compras, a casa de uno u otro a celebrar Reyes, a jugar a la Wii… Pero la vida da muchas vueltas, y a veces te separas.

Dejas de habla con una persona, sin saber exactamente porqué, pues no ha pasado nada grave, ni te has peleado…. Simplemente, un día dejaste de llamar.

A más días pasan entre la última llamada y “hoy”, más incapaz te sientes para retomar el contacto. Te invade –sin saber tampoco el motivo- la vergüenza.

Una mañana te despiertas, y te das cuenta que hace un año que ya no hablas con tu grupo de amigos frikis. ¿Dónde estamos todos? Uno estudiando en Escac, otro currando en Madrid y preparando el viaje a Japón con la novia… Ya no le ves a pesar de que le animaste a jugar a WoW en tu Server… Otra es arquitecto, otro está embarcado viajando por el mundo rodeado de tíos en un pedazo de metal que flota en no sabes nunca qué mar en concreto…

Y los días pasan, sin pena ni gloria y te das cuenta que ya no vais ni al cine.

Para ti, los días transcurren entre raid y raid, entre libro y libro, entre viaje y viaje; pero uno de ellos, al abrir el mail, ves un mensaje… ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos? ¿Por qué no quedamos? ¿Nos hemos enfadado? Y si no estamos enfadados… ¿Qué nos impide juntarnos?

Y la respuesta es… La inercia, esa fuerza tan poderosa, que te mantiene unido a alguien por motivos que ya no recuerdas, o también te separa cada vez más. Afortunadamente, alguien tuvo la moral suficiente para acabar con esa estupidez… Así que volvimos a empezar a quedar. Me alegro mucho, en realidad.

Los frikis, acabamos siempre cruzándonos unos con otros, en los mismos círculos.

Hace unos meses fui a la cena tercer aniversario de Asshai, porque a fin de cuentas, aunque ya no soy forera activa, qué demonios… Tenía ganas de salir de casa y relacionarme, charlar y ponerme al día y pasarlo bien con personas que tienen cosas en común.

Y de golpe y porrazo, me topé de bruces con un chico, dependiente de una tienda de cómics que frecuento.

El mundo, es increíblemente pequeño.

Además, a menudo paso por delante de su tienda, que está estratégicamente situada a los pies de la casa de Rosa, lo cual –todo hay que decirlo- es una jodida tortura.

Por lo general, cada vez que quedamos con Rosa para tomar un café justo debajo de su casa (su edifico tiene la tienda friki a un lado, y al otro nuestro café “fashion” de barrio), acabo gastando pasta en mangas (y para colmo me quedan otros tantos títulos cuya adquisición no puedo sufragar). El mundo es un sitio cruel.

Una de esas tarde-noches a la salida del trabajo, en que pasé a cotillear si hay novedades, a pesar de que ella no está para tomar un café; mientras yo oteaba la mesa a la caza de un manga nuevo que leer (probablemente, el mahwa Cynical Orange), escuché de fondo una conversación…

- … Y han puesto a la venta en la web la espada…

Paro la oreja…

- Sí, la del juego, la espada de Arthas.

Paro las dos orejas y no puedo evitar decir…

- Frostmourne, ¿no?

El tipo me mira, mira al dueño de la tienda, me mira una vez más y vuelve a su conversación, pasando de mí como de la mierda.

“Eh tío, ¿qué coño haces?”, pienso, “Pero que no me ignores, coño… ¡¡¡Que yo también sé de qué hablas!!!”

Pero no me incluyen en la conversación, y sin mangas ni charla me voy con las orejas bajas a casa, cual perro apaleado. Mira que es borde la gente /cry.

Unos días más tarde, estaba esperando a Rosa en el portal, cuando el dueño de la tienda asoma a la puerta y me da un papel. ¿Será mi entrada para el Salón del Cómic? Pero no, era un papel con un mail apuntado… El mail de El Friki de la Espada de Arthas. Me comenta que el chaval está pensando comprársela pero que es muy cara si cuentas los gastos de envío, y que hacían un pequeño descuento en los portes si pedía una yo también, así que de estar interesada en la compra, que contactara y que habláramos.

Al llegar a casa le añado al msn, y me pongo a jugar un rato, pero no le veo conectar ni al final de la noche. Bueno, ya hablaremos otro día.

En esas, llegamos al pasado fin de semana.

El viernes ha sido apoteósico, me fui de compras para acabar de arreglar el piso. Total, solo me ha llevado dos años poner en orden el piso de un alquiler de cinco. No está mal…

Estuve comiendo con Derekh, Meri y compañía. Sargas y los otros no pudieron venir, y se me ocurrió que podíamos quedar el finde para ir al Mercado San Antonio.

Después, llamé a mi madre por si quería ir a mirar muebles conmigo.

Me gusta ir a comprar a Ikea, pero odio las aglomeraciones de gente, así que nada como ir entre semana. Aun no consigo explicarme cómo en el tiempo que tardé en bajar las escaleras, ya no quedaban estanterías de las que yo quería y de las que había varias… Pero bueno. Puto Murphy. Tuve que volver el sábado a primera hora para recoger las estanterías que me faltaban.

Al llegar a casa, estaba rota. Rota y medio zombie. No tengo mucha constancia de la hora que era cuando me fui a dormir, pero no creo que fuera antes de las dos de la mañana, que sumados a esos días que dormí cinco horas entre semana, hacía que me durmiera por las esquinas.

¿Para eso dejo la raid? ¿Para seguir yéndome a dormir a las mil? Bueno, al menos me voy a dormir a las mil, pero sin estrés (o casi).

Ikea queda muy cerca de la casa de Montse, una vieja amiga de la infancia, a quien –debería caérseme la cara de vergüenza-, veo una vez al año o dos…

Por el mismo motivo que ya no veo a la gente de Asshai: porque un día dejas de llamar sin saber porqué, y entras en esa espiral decadente. ¿Qué mejor excusa para llamar que un desayuno, si estoy al lado de su casa?

Y nos tiramos toda la mañana de charlas, de risas, desayunamos, comimos, y hasta escribimos un cuento a medias para la uni.

Ella está por graduarse, lo cual indica que hace 3 años que está en la carrera… Tres años que han pasado volando y no me lo puedo creer. Se quiere volver a USA, y yo pienso… ¿Cuántas veces la vi en este tiempo? ¿Cuatro? Y ahora se vuelve a marchar y quien sabe cuando la veré de nuevo. Debería haber aprovechado mejor el tiempo. Debería haber cogido más veces el teléfono para llamarla.

Y más contenta, después de haber pasado un rato juntas, volví a casa.

Hacía un sol del carajo, el cielo azul brillante, y no tenía ganas de coger el bus, quería caminar. Pasear y respirar el fantástico aire contaminado de Barcelona. Ese que a buen seguro contribuye a generar mierda en los poros de mi piel.

Llego a casa, ya comida, y dejo por ahí en medio tiradas mis cosas. Total, el finde que viene es finde de arreglo febril, y poner cada cosa en su sitio en la nueva distribución de casa.

Conecto el ordenador, enciendo el WoW, el msn… Y aparece mensajito de que El Friki de la Espada de Arthas me ha añadido.

Empezamos a hablar.

“Hola”, “¿Qué tal?”, y le comento que no me voy a comprar la espada, que vengo del Ikea, y que estoy en plan “redecora tu vida”. Me dice que él tampoco la va a comprar de momento y que estamos en contacto por si acaso, para futuras compras frikis conjuntas.

La conversación se va por otros derroteros.

Recuerdo que es de la UPC, y no sé cómo acabamos hablando de nuestras historias gamers… Y como parece que es tan friki como yo… Le pregunto… “Oye, tú conocías pusa? ¿RL?” y me dice… “Sí, yo jugaba en Reinos, de hecho”.

Y me apisona la emoción, seguida de corto por la mañana de recuerdos y sensaciones que me dejan más plana contra el suelo que un dibujito 2D estampado en la acera. Empiezo a avasallarle… A preguntarle, si conoció a esta o a aquella persona…

Y les conocía… A Bane, a Dreamhealer, al Elho… Y no se me cayeron las bragas al suelo del susto, porque llevaba los tejanos puestos.

Qué fuerte…

Recordar tantas cosas de golpe, y compartirlas, con un tío que acabas de "conocer" de rebote en una tienda de manga, porque el dueño te ha dado su mail en un papel, y fue la pura casualidad de que ese jueves pasaste a pesar que no está en tu ruta habitual… Pensando que de haber ido otro día cualquier ni te hubieras cruzado.

Se despertó la morriña en mí, recordando los viejos tiempos muderos, las viejas risas. Los viejos amigos…

Cuando la conversación acabó, me volví a Warcraft, a raidear un rato con la maga de un amigo, y a pensar, en lo que es la vida, minada de casualidades.

Mi madre me arrancó de la ensoñación y me trajo a tierra de una patada. Se habían llevado a mi padre al médico, de urgencias, porque no se podía mover bien y le dolía mucho el pecho. Me dijo que me llamaría por si tenía que ir a cuidar a mi hermano. “Vale”, respondí yo, mientras seguía raideando en Mount Hyjal.

Y pensé… Que le den a Mount Hyjal. Lo de mi padre no es grave, pero, aun así… Tenía ganas de verle, porque en estos últimos días me estaba dando cuenta de verdad de que las cosas hay que hacerlas en el momento. Igual mañana quiero ver a mi padre y está muerto y ya no puedo.

A mi padre no le gusta que le visiten si está enfermo, pero, ¿qué carajo? Y me vestí y me fui, aunque solo fuera para decirle que con la mascarilla, solo le faltaba el X-Wing y podría ser un perfecto piloto de la Alianza. Mi padre, claro, me llamó japuta porque no se podía reír, y yo no podía parar de hacer bromas chorras.

No es que siempre hayamos tenido una relación especial, pero bueno, ahora la relación mola más, porque hablamos de tú a tú.

No hay que perder el contacto con la familia. A veces, se me olvida.

A la noche, cuando volví a casa, quería dormir, pero me crucé a Nacho, y estuvimos hablando… De muchas cosas y me entré de nuevo la morriña… Así que al final, le enseñé el Devel: una ruta turística por un MUD medio muerto, medio vivo… Le expliqué lo poco que yo recordaba de cómo funcionaba… Y miraba mis chars creados en 2004. Parece tan lejano todo.

Y me preguntaba, mientras le enseñaba mi antiguo hogar, dónde están mis amigos, dónde está la gente con la que me hablaba… Cuándo dejé de llamarlos, porqué perdí el contacto… Y les eché de menos, ellos, que me enseñaron el Laberinto, con quienes pasé tardes de verano riéndome en la Charli, jugando a la consola, al MUD, gritando entre las cuatro paredes de aquella ínfima asociación “Iñigo Montoya”…

Aquellos, a quienes en navidad les mandaba algún regalito.

Dejé de pasear con Nacho a las cinco de la mañana, y me fui a dormir, que al día siguiente era ya domingo y yo había quedado para ir al Mercado.

El domingo fue uno de esos días a los que le faltan varias horas: mercado de mañana, comprar la comida a las 13.30h, comida con la familia a las 15h, posterior vuelta a casa de Derekh a jugar a la wii, y al final, sesión de cine.

Me lo pasé genial, y sobretodo, me ha hecho mucha gracia, ese encuentro en una tienda friki, porque pienso que aunque los años pasan y quizás perdí el contacto con algunas personas, es posible que por azar las vuelva a encontrar por el camino, visto lo visto de que acabamos todos en los mismos sitios.

Y para los que aun conservo cerca, me sirve para recordar que los fines de semana, son para eso: para descansar, para divertirse, para estar con los amigos, para ver a la familia, para ir al cine…

Para retomar las cosas donde las dejaste, y ver a las personas que no puedes tener cerca entre semana… Para no perder esa ola, y que la inercia te empuje a estar un poco más solo cada día, y que mañana, en vez de divertirte , te preguntes porqué ya no hablas con la gente que te quería y con quien tan bien lo pasabas… Y te encuentres respondiéndote que no lo sabes, mientras matas un bicho más, mientras subes de nivel.

2 comentarios:

Nashiel dijo...

Jooooooooo

Que recuerdos el MUD jejejeje...

Bueno no hemos dejado de llamarnos no?, de hecho creo k t llamé la semana pasada para recordarte que vengas a hogueras, quizás un día, cuando por fin tenga mi casa y mi economía se estabilice me autoinvite a tu casita para ver como ha cambiado.

Mira..sabes que? voy a mandarte un mail al curro ale!

Ysondra dijo...

Ya ves ^^ A veces aun me acuerdo del Mud. Era guay. Lo pasábamos bien...

En fin, voy a acabar arruinada con tanto viaje. Este año me parece que las vacaciones serán en Barcelona o Madrid a lo sumo xD

Pensar que hace un año ya de hogueras... Bueno, nos vemos en junio =)

Un beso!