11/28/2007

Demente

(c) Sapkowsky (c) Atari- "The Witcher"

Hay una cosa que me diferencia de los locos del psiquiátrico. Yo sé que lo estoy, conozco mis demonios interiores y sé pelear contra ellos. Los que están en el sanatorio insisten en que están sanos.

Eso es lo que hace que pueda caminar tranquilamente por la calle.

Muchas veces, pasan películas de cosas curiosas por mi cabeza.

Veo una piedra mal puesta y automáticamente puedo imaginarme tropezando con ella y cayendo al suelo. Algo que nunca pasa. O cruzar un semáforo en rojo y ver cómo se te lleva un coche por delante.

Quizás debería haber sido guionista de pelis de serie B.

Otras tantas, me puedo imaginar felizmente asesinando a alguien con toda la tranquilidad del mundo, como cuando estás mirando una comedia y ves al personaje principal estampando a su Némesis mientras esboza una sonrisa, sin hacerle nada en la vida real.

Hay que ver qué gran cosa la Ley.

No es que la humanidad sea civilizada, no. Es que tenemos leyes. Otro gallo muy distinto cantaría si esas reglas no existieran. Probablemente, ni siquiera padeceríamos la superpoblación. Incluso puede que tuviéramos que follar como conejos para pelear por no extinguirnos. Quizás incluso la religión te animara a mantener relaciones con cualquier persona que te cruzaras, para evitar desaparecer de la faz del planeta.

Tengo una larga lista mental de gente, que me alegraría sobremanera ver desaparecer. Lamentablemente, no hay forma de que eso suceda. Pero bueno, así es la vida.

De todas formas, eso no me hace especial, todos la tenemos. Solo que algunos somos más sinceros que otros. Pasotismo, sangre, fría, demencia, gilipollez… Puedes llamarlo como quieras.

Tengo un amigo, al que le dije que me sobraban seis personas, bueno de hecho tres, para cumplir mis objetivos. Y que suerte tenían que no hubiera forma políticamente correcta de quitarlos de en medio.

Me dijo que a veces daba miedo. No hombre, de mí no tienes que tenerlo. Tenlo de los que no saben contenerse. Esa es la diferencia. Con el incentivo apropiado todos somos homicidas en potencia. Es una de las aplicaciones de “ojos que no ven…”, pero al final alguien siempre te ve. Así que solo te queda la imaginación.

No hemos avanzado mucho desde la prehistoria. Seguimos siendo los mismos monos. Además, lo hemos hecho todo más aburrido. Hoy en día todo se ha mecanizado. Hasta las guerras.

Ya no tienes el aliciente de matar a la cerda esa cara a cara en una batalla épica. Qué va. Ahora viene un mindungui que no te conoce de nada, ni a tu familia, ni a tu país… Que ni siquiera tiene nada en tu contra, y probablemente sus nociones de geografía son tan pobres que ni siquiera sabe dónde está el país al que dirige su bomba. Y todo desaparece.

Pero qué impersonal. A dónde vamos a ir a parar. Después la loca soy yo.

"No es nada personal".

"Es puro negocio".

Y a pequeña escala, cuando miramos lo que nos rodea, todos estamos igual de tarados. Solo que al menos algunos, somos conscientes de ello.

11/27/2007

Thalack

(c) Wizards of the Coast

Acechando entre las sombras, mil veces la mató en su cabeza, antes de clavar el certero golpe final de sus garras de adamantita retorciéndole las entrañas. Pequeña zorra… Débil humana… Tan predecible y tan, pero tan, patéticamente descuidada.

Tan frágil y confiada, que no lo vio venir…

De pie contempla a la estúpida hembra cuyos ojos aun transmiten esa mirada de incredulidad, mientras los últimos hálitos de vida escapan de su cuerpo. La estudia desde arriba: poco más que un despojo, una cosa rota. Y no reprime el escupitajo en lo que fue su inmaculada cara.

La muy puta aun tiene la desfachatez de ensuciarle sus caras botas con sangre blasfema. Descuidadamente la patea como quien aparta una piedra molesta del camino. Quiere contemplar todo el espectáculo sin perderse un mísero detalle, degustar toda su agonía y verla morir.

Zorra.

Aun en esos volátiles instantes su mano se estira inútilmente suplicando ayuda.

Lamenta que matarla sea una experiencia única e irrepetible.

Venganza y deseo bombeaban la negra sangre de sus venas, a partes iguales. Con ese empuje, no podía esperarse ningún otro resultado.

Siseos susurran dentro de su cabeza…

Bastarda.

- Ahí te pudras, elg’caress – dijo. La escupió de nuevo y dio media vuelta dejando el cadáver al amparo de los hongos.

Acechaba entre las sombras, envuelta en su piwafwi, anudado al cuello con un lazo burdo, y sin insignia de casa. La Reina Araña hace mucho que calló. No quedan sacerdotisas que adoren a Lloth. En realidad, no quedan dioses ni nadie que les pueda adorar, y si acaso hay algo en lo que creer, es el fiero filo de sus armas, imperturbables ante el paso del tiempo.

Lleva el pelo recogido, manchado de sangre y humedecido por el sudor, rastas rebeldes le caen en la cara, contrastando entre mechones cortados con el descuido de una espada rabiosa. La locura ilumina sus ojos, mientras vaga sin rumbo fijo.

Ya no queda nada.

Han pasado muchos años en las viejas cuevas de la suboscuridad, de Tzernelle’dol no quedan más que las ruinas.

Mala puta. Suerte tienes que no queda nada de magia en mí, para revivirte y matarte de infinitos modos distintos, lentamente y memorizando todas las facciones de tu cara bovina, hasta la saciedad.

Tu pecado fue respirar. Existir. Incluso nacer. El pecado estaba en tu madre que tuvo la osadía de parirte, y en tu abuela antes que ella. Y así podría remontarme hasta el último de tus ancestros. Pero aquí acaba todo, y no habrá nadie que siquiera te recuerde.

Moriste sola, como una perra.

Tu pecado fue mirar, no nacer ciega. Tener corazón, y desear lo que no era. Tener manos, y tocar lo que jamás tuviste que haber rozado…

Eso fue tu condena, y yo fui tu verdugo.

Jamás debiste cruzarte en mi camino.

Soy Thalack. En cada vistazo atrás se esfuma un poco la cordura.

Yo soy guerra. Yo soy sangre. Yo soy odio.

11/26/2007

Julio Flórez (I)

(c) Blackeri (Marta Dahlig) - Umbrella Sky

Tus Ojos

Ojos indefinibles, ojos grandes,
como el cielo y el mar hondos y puros,
ojos como las selvas de los Andes:
misteriosos, fantásticos y oscuros.

Ojos en cuyas místicas ojeras
se ve el rostro de incógnitos pesares,
cual se ve en la aridez de las riberas
la huella de las ondas de los mares.

Miradme con amor, eternamente,
ojos de melancólicas pupilas,
ojos que semejáis bajo su frente,
pozos de aguas profundas y tranquilas.

Miradme con amor, ojos divinos,
que adornáis como soles su cabeza,
y, encima de sus labios purpurinos,
parecéis dos abismos de tristeza.

Miradme con amor, fúlgidos ojos,
y cuando muera yo, que os amo tanto
verted sobre mis lívidos despojos,
el dulce manantial de vuestro llanto!

(c) Julio Flórez

11/23/2007

I am What I am

(c) Daniela Ulig - Alter Ego




**** Lyrics: Gloria Gaynor - I am What I am

Soy lo que soy, y evitarlo o esconderlo es un error.

Sé cómo soy, otra cosa es que lo demuestre, que lo esconda, que lo disimule, que lo maquille.

Yo no puedo, ni quiero, hacer cambiar a nadie. Hace mucho que aprendí (y lo mío me costó) que no puedes cambiar la forma de ser de nadie... Entonces... ¿Por qué intento cambiarme? ¿Por qué intento esconderme? ¿Por qué me maquillo a mí misma?

Y lo que veo en el espejo, no soy yo.

Sé que cada cual me percibe de una manera diferente. La cosa es, quizás me esfuerzo yo en proyectar la imagen equivocada.

Muchas veces me he anulado, y muchas veces me he contenido. No es malo hacerlo, y sin embargo, soy consciente de que esa es una ilusión que no puedes mantener para siempre.

Puedes intentar ser quien no eres y sobrevivir un mes... Con suerte podrás sobrevivir al año... Pero más allá está la irremediable locura por negarte como persona. Por reprimirte. Es una tontería.

Puedes intentar mejorar. Pero, ¿para qué castrarte? Puedes cambiar e intentar pulir los defectos, pero no deshacerte en una quimera. A fin de cuentas, cada uno es como es. Y no puedes esperar que te aprecie todo el mundo, ni llevarte bien con el universo ni que te adoren todos (a todo esto, una lástima).

El error más clásico en todas las relaciones, con amigos, familiares, con parejas, con quien quiera que te cruces es precisamente ese. De una forma innata e inconsciente, cambias y te mimetizas con el entorno. Estudias los gustos, aficiones, intereses de la gente y aunque a veces es a conciencia, muchas otras no... Y cuando te has dado cuenta ya no eres tú quien habla.

Y pasa tantas veces... La mayoría de ellas cuando te encuentras implicado con alguien o algo emocionalmente. Intentas tanto esforzarte, y quieres dar tanto de ti mismo... Te vuelcas tanto... Que no es que no sea natural, pero es excesivo. Pero no hay que confundirse... Volcarse no es solo ser cargoso con el otro, ni regalarle más cosas de las que acumularía un dragón en su cueva durante toda su vida... Volcarse puede ser -incluso vivir- conteniendo tus emociones y sentimientos por no molestar. Y esa calma, antinatural, produce un silencio incómodo en el aire. Lo nota todo el mundo, igual que tú.

Es interesante, y toda una putada.

Siempre existe un punto de inflexión. Llegas a la oficina, te tomas el café de la mañana, saludas a la gente, te sientas, enciendes tu ordenador... Te relacionas con los demás, y acabas dedicando más atenciones a esa persona con la que congenias. Sin saber bien cómo, un día te das cuenta de que esa persona te gusta. Cagada.

Y tienes pánico. Tantas cosas pasan por tu cabeza a la vez... La primera es darse cuenta de lo que sientes. La segunda es encender todos los escudos y poner las alarmas en el perímetro de seguridad. La tercera es avisar del Defcon que pertoque y la cuarta es anularte. Pasan casi todas a la vez.

Entonces llegan las preguntas y te pisotean como una manada de elefantes. ¿Cómo pasó esto? ¿Qué siento? ¿Lo nota? ¿Lo notan los demás? ¿Qué le digo? ¿Cómo me comporto? ¿Qué hago? ¿Y qué dejo de hacer?

Ah... La jodiste.

Empezaron las mariconadas. Esquivas las miradas, los sitios comunes, empiezan las sonrisas nerviosas... Te escondes detrás de la pantalla, analizas todas sus acciones. Lo que dice, lo que no dice, lo que andará pensando. Todos y cada uno de sus gestos. Con quien habla y porqué. ¿Hablará de ti?

No te viene ni un solo pensamiento positivo. Si te mira, piensas que se mofa. Si no te mira, piensas que te anda esquivando. Si no te habl, es que está enfadad@ contigo. Si habla brusco o con parcas palabras, es que claramente está enfadad@ contigo. Lo comparas todo con "antes", donde antes era cuando no eras consciente del sentimiento que crecía en tu interior. "Antes" todo era "mejor", está claro.

Te preocupa si te mira, y te caza devolviendo la mirada... Un momento... Si te caza, tú también cazaste... Así que...

Empiezan los sudores, el malestar, las taquicardias, los dolores de cabeza, las comidas de tarro. La falta de sueño, las ojeras, las horas de más en el juego. Quizás hasta las borracheras. Los pasos nerviosos, el aumento de la factura de teléfono por las llamadas de reunión del gabinete de crisis.

Tus amigos piensan que, irremediablemente, estás rayando la locura.

Piensas que se ríen de ti tal vez. Vaya... Quizás la otra persona también lo piensa, mientras te mira como si fueras un marciano.

Claro que eres un marciano. Ya no eres tú. "¿Dónde está esa persona con la que tomaba el café tan tranquilamente?", se pregunta. Pues... Está de vacaciones. Está Out of Service.

Poco a poco, se aleja de ti. Y no dejas de darle vuelta. ¿Qué hice? ¿Por qué? Si éramos tan amigos... Lo pasábamos tan bien... Hablábamos tanto... Si no he cambiado... ¿Habrá cambiado?

No te has dado cuenta de que ahora eres algo extraño. Lo único que pasó es que ya no eres tú.

Ese es nuestro error, ¿sabes? Te pasa a ti, me pasa a mí, nos pasa a todos.

Y después de tantas horas de charla, y tanto devaneo... Creo que lo único que podemos sacar en claro es... Sé tú mism@. Si siendo así no vales para esa persona, no hay mucho que puedas hacer. E intentando amoldarte y contenerte tal vez estás asesinando todo lo bueno que llamó su atención.

Sé tú mism@.

Puedes aparentar ser otra persona, pero no por mucho tiempo. Si te reprimes, ¿qué harás mañana cuando ya no puedas mantener más tu hechizo de ilusión? Además... Es tan cansado... Y tan antinatural. Veinticuatro horas al día jugando al ajedrez, moviendo piezas imposibles a tientas, y sí, son veinticuatro horas, porque incluso cuando duermes, piensas.

La CHOAM decía: La especia debe fluir... Pues mira, apliquemos la idea.

Somos lo que somos, y no podemos cambiarlo (ni tampoco debemos). Si no vale, así, simplemente no funciona.

Tú, yo, y ellos... Todos fallamos en lo mismo. Pero yo no dejo de pensarlo... I am what I am... Y después de eso, si no basta, no hay nada.

Y que, por cierto, soy cojonuda xD

Buh, pa!

11/21/2007

Cuando el sol se apaga

(c) Mike Wieringo - Jarek y Koj (desde Tellos, con amor)


¿Duermes?

¿Y sueñas?

Ahora que tu sol ya no brilla, quizás vives en Tellos para siempre.

Yo te descubrí en aquellos tiempos en que también despuntaban Madureira, Bachallo y esa generación de dibujantes que nos deslumbrasteis.

Tus dibujos, eran geniales, y a mi me encantaba leer esos comics que con tanto esmero ilustraste. Con el tiempo, como les pasa a todos, fuiste evolucionando, y a pesar de que tuvieras fans y detractores y que tu proyecto personal fuera acogido con entusiasmo por algunos y con menos alegría por otros, a mí me encantaba.

Yo lo leí estando en cama con mis anginas de siempre, y lo adoré.

Hace poco compré las secuelas, incluso una de ellas con dibujos de Crissé. Crissé, que me dejó encandilada con "La espada de cristal".

Ahora ya no estás, porque se apagó tu luz, y compartes tu tiempo con Jarek, Koj, Hawke, Serra y los demás.

Tu trabajo fue precioso, y con eso nos quedamos.

Descansa en paz.

***


Mike Wieringo soltó su lápiz el domingo 12 de agosto de 2007, a los 44 años, en su propia casa, por un ataque al corazón.

La última frase que pudo escribir en su blog fue "OK… have a great weekend, everyone" (OK... Buen fin de semana a todos).

11/20/2007

El dinero no da la felicidad

Autor: Desconocido

La compra hecha.

Eso dice el msn de un amigo, y la sabiduría popular.

También hay quien dice que el dinero no lo es todo en esta vida, pero eh: no nos engañemos. Es mentira todo. Quizás no te da la felicidad completa, pero ayuda y mucho.

Últimamente medito mucho al respecto.

Es curioso, pero a pesar de mi modesta forma de vida (opulenta para algunos otros cánones), tengo todo lo que pueda necesitar y esté al alcance de mi mano. Así que tengo mi pisito con sus chucherías, con sus detallitos, y los caprichitos que me he querido dar.

Dice mi madre que tengo mucho más de lo que mucha gente tiene. Y sí, es cierto. Pero no es suficiente. ¿Por qué será que siempre quiero más? ¿Qué mejor muestra de que soy humana? Pero también me doy cuenta que no por más que tenga soy más feliz.

La felicidad no es la tele de treinta y dos pulgadas, es poder hacer un viaje.

Felicidad tampoco es el aire acondicionado, es poder regalar una camiseta.

Felicidad tampoco es el parqué, es ir descalza por la casa y poder tirarme por los suelos a leer un libro.

Ejejeje... Pero felicidad, es un portátil. Sí señor. Eso sí que es felicidad. Y felicidad es estar aprendiendo a dibujar, y una tableta digitalizadora (que aun estoy aprendiendo a utilizar, y lo que me queda).

El dinero no da la felicidad, pero ayuda mucho. Y da tranquilidad. No se puede ser feliz y vivir intranquilo y en la cuerda floja. La felicidad va muy ligada con la estabilidad. Y eso sí que lo compra el dinero.

Con dinero te compras la casa, finiquitas la hipoteca, te pagas la comida, la ropa, pagas los hijos, pagas los gatos, pagas los viajes... Pagas el profe de inglés. Pagas la uni, pagas el coche, el carné de conducir. Los libros, los comics, la tele por cable, la suscripción a tu MMORPG favorita, la lavadora de tu madre, los regalos para la gente que aprecias, el teléfono, el gimnasio, los médicos...

Una vez tuve una conversación sobre esto con Ferran también. Me decía que él para estar enamorado no se fijaba en la condición de la otra persona, y que le daría igual que la otra persona fuera pobre. Supongo que dejé de ser la princesa perfecta cuando le dije que yo ni en pintura pensaba eso.

Siempre hay unos mínimos para todo. Para el físico, para la inteligencia, para la cultura, para el nivel profesional. Qué ogro le parecí cuando le dije que yo no podía enamorarme de un mendigo. Entre otras cosas porque jamás de los jamases habría reparado en su existencia. Cada uno tiene su listón.

Pero bueno, en aquel entonces, él pensaba que el amor tampoco se compra con dinero y quería que yo respondiera a preguntas como "¿te acostaría con alguien por un millón de pesetas?" con un "no" rotundo, cuando en realidad la respuesta es mucho más compleja.

A veces no deberías hacer preguntas para las que no quieres escuchar ciertas respuestas. Pero bueno, así somos los humanos: curiosos y masocas.

Me pregunto cómo le habrá ido con su carrera de filosofía. Hace muchísimos años que no sé nada de él. Pero creo que su idealismo desaparecerá a base de bofetones reales o de porros. No tengo mucha idea de qué le pasaría primero.

Sus amigos siempre me dieron un poco de cosa. No parecían malos tipos. Pero vivían en su mundo "feliz" de las pastillas, los porros y no estoy segura de querer saber qué más. Estoy segura de que a él también le atrapó esa vida. Espero que al menos, no demasiado, pero en todo caso, cada día que pasa debe estar más próximo a pensar como yo.

Él también empezó a trabajar. Recuerdo que sus padres le daban el dinero para los cigarrillos y para salir de fiesta, cuando yo ya estaba buscándome la vida ni que fuera dando clases. Yo le recordaba que él quemaba el dinero que le daban. Pero claro, no era su dinero, el que le costaba su esfuerzo ganar.

Por qué será que a veces lo que te regalan no lo valoras tanto. Por qué será que las cosas fáciles que te ofrece una mano gentil no es suficiente. Por qué seremos así de imbéciles. Porque somos humanos, supongo. Pero cuando empiezas a sufrir tú por cada cosa que te tienes que llevar a la boca... Empiezas a aprender el valor de las cosas.

Mi hermano pequeño, de doce años, ahorró para comprarse una PSP que tiene ahí muerta de asco. Trescientos euros a la basura. Y me sorprendí a mí misma diciendo todo eso que me dijo un día mi madre "no malgastes el dinero", "ahorra", etc., etc. Y sé perfectamente que él no entenderá nada de nada hasta que no tenga que ganarse las cosas con su propio sudor.

Es curioso, que estemos destinados a repetir la historia una y otra vez. Es curioso, que por más que te adviertan de las cosas, no aprendes hasta que lo sufres en tus carnes. Así que por eso, muchas veces desisto de dar consejos estúpidos, porque es una pérdida de tiempo.

Muchas veces, por más que sabes que la otra persona va de cabeza a al ruina, no puedes hacer nada, solo tienes que sentarte a esperar a que se estampe contra el muro, y estar ahí con el botiquín.

El otro día un amigo me contaba que un conocido suyo compró la cuenta de Warcraft por siete mil euros, que tenía las dos espadas épicas de Illidan. Siete mil euros, una aberración, automáticamente pensé lo que podía hacer yo con ese dinero. Sin embargo, el actual dueño de la cuenta pensó "qué barato". Porque es una minucia para él. Del mismo modo, yo he preferido adquirir servicios en vez de tener que estar gastando mi tiempo en conseguir cosas que otra persona preferiría trabajar por sus medios.

Tiempo contra dinero. Esta es otra discusión que he tenido tantas veces... ¿Cuánta gente cuece el pan en su horno cada día para comer? ¿Y cuánta gente simplemente baja a la panadería a comprar el pan? ¿Pasa algo por comprar el pan ya hecho? No. Pues entonces, qué problema.

Yo creo que todo se reduce a envidia y un concepto erróneo de justicia.

Entonces, cuando la envidia corroe y ataca el "no es justo" porque ven que el de al lado tiene algo que tú no (el coche, el chalet, el yate, el viaje al rededor del mundo, y cualquier otra cosa que puedan imaginar), la gente se refugia en pantomimas como "el dinero no da la felicidad", "el dinero no lo es todo", pero una vocecita en el interior sabe que quien dice eso, es la Envidia.

Quizás el dinero no da la felicidad, pero te ayuda a pasar la vida de la forma más cómoda y llevadera posible.

11/19/2007

Relatividad


(c) Haruhiko Mikimoto

Qué grande Einstein con sus teorías sobre la relatividad... Y qué curioso es el concepto de tiempo.

Estamos ya acercándonos al fin del 2007. Sí, sí. Parece mentira, que hace diez meses estrenaba un año nuevecito, y parecía que 2008 estaba tan lejos. Porque 2008 va a traer muchas cosas, pero la que trae casi seguro, son mis treinta años y alguna que otra chuchería.

Treinta... Parece que fue ayer que estaba en el parvulario, y hace un poco menos me escapé de casa, y hace dos días tuve el primer novio, y hace unas horas me independicé. Pero no, de todo eso hace mucho tiempo ya.

Treinta... Tampoco es tanto, es la tercera parte de lo que me queda de vida si no me suicido antes o pasa algún imprevisto que acorte mis planes de vida.

Eso quiere decir que me quedan sesenta años por delante. Y no tengo ni guarra de lo que hacer con ellos. Me asusta un poco tener todo ese tiempo. Es como que te den una libreta en blanco y no saber bien cómo empezarla, ni qué escribir.

Un buen día, cuando llevas varias páginas empiezas a ojearla desde el principio y ves que está llena de tachones, marcas, recordatorios, estupideces, manchurrones de tinta y algunas cosas buenas. Miras hacia adelante y quedan muchas más hojas por llenar.

A veces tengo días de esos que piensas que no vale la pena escribir nada más ahí dentro. A veces también pienso que la libreta es demasiado larga y querría que no durara tanto, pero inevitablemente, es lo que es. No es plan de ponerse a arrancar hojas. Todo el mundo dice que quedan muchas cosas buenas por escribir, supongo que es cierto, y mientras quede tinta, seguiré escribiendo.

A veces pienso que todo pasa tan rápido que no me da tiempo de escribirlo y desearía poder llevar más hojas con historias bonitas, y remarcarlas bien grande para mañana.

Supongo que las cosas que quedarán marcadas y resaltadas en fosforito compensarán todos los tachones.

Esperaba haber escrito a estas alturas muchas cosas importantes, y están casi todas escritas, salvo unas pocas. Mi madre dice que estoy tan preocupada por la pulcritud de la libreta y por las historias que no he sido capaz de escribir aun, que olvido otras importantes o narrar el día a día.

No sé, yo simplemente miro las putas hojas en blanco.

Me pregunto como es que la gente puede vivir tan cómodamente el presente, y yo solo miro hacia adelante. Lo he intentado muchas veces, pero concienciarme de vivir "ahora" es muy difícil, aunque creo que cada vez lo hago mejor. A fin de cuentas, si me paro a pensarlo, lo único que existe es "hoy". Ayer ya no está, y cada vez que miro es algo distinto porque los recuerdos se deforman con el tiempo y a veces se pierden, y Mañana no sabes qué va a pasar ni si vas a estar aquí. Gracias a quienes me lo recuerdan de tanto en tanto. Continuo con mi terapia del "presente".

Y de golpe recuerdo a Ferran, con su Carpe Diem. En su día, esa forma de pensar me pareció muy curiosa. Pero seguramente él disfrutó más de ese mes hace tantos años, que yo. Yo me pasé todo el mes pensando en "mañana".

Hoy estaba mirando de nuevo el calendario encima de mi mesa, recordando aquel día que se me dio por empezar a tachar cuadraditos, tan preocupada. Hace nueve meses ya de eso, y hoy me importa un huevo. De hecho, me río.

Pero fue un buen experimiento. Es una cápsula del tiempo atípica. Sirve para que me demuestre a mí misma todos esos convecionalismos "nada dura para siempre", "no hay mal que dure cien años", "el tiempo lo cura todo", "esto también pasará" y todas esas que he oído mil millones de veces. Pero, eh... Es cierto. Todo pasa, lo bueno y lo malo... Así que disfruta todo lo que puedas.

Quizás es lo más importante que aprenderé este año.

Ahora a veces cuando juego a Warcraft me quedo pensando también en cómo transcurren los segundos. Cuando juegas allí, una milésima de segundo es toda una vida. En cambio, en la vida real una milésima no importa un carajo. Es como un céntimo entre un trillón de euros. Tan pequeño que puedes despreciarlo. De hecho no es que puedas despreciarlo, es que ni te enteras de que existe. Pero si me pongo a pensar, una milésima de segundo puede estar cargada de electricidad y sacudir tu cuerpo por entero.

A veces, cuando pasa algo malo, me conciencio a mí misma de que mañana echaré la vista atrás y habrá quedado todo dispersado, y que cuando contemple las cosas desde esa lejanía, de forma quizás más objetiva, como me pasa hoy, lo que me dolió en su momento ya no me hará sentir nada, o casi nada.

En cambio, las cosas buenas, aun seré capaz de recordarlas, aunque sea con menor intensidad.

Por ejemplo, este fin de semana.

Este fin de semana, después de ocho años, me sinceré del todo con alguien muy especial. Esa persona que vas a recordar el resto de tu vida, incluso posiblemente cuando seas viejo y tengas parkinson, y entre ataque y ataque de alzheimer, aun quizás pueda evocar su nombre.

Y fue todo tan sencillo.

Supongo que a veces no estás preparado para afrontar las cosas hasta ese momento determinado, en el que no sabes cómo la necesidad te empuja a decir todo lo que piensas. Yo lo dije porque ya estoy segura, porque todo es pasado y porque no comporta ningún peligro decir nada ya.

Porque es de esas cosas que siempre han estado ahí en la cola de tareas pendientes, y ocho años, son demasiados para alargarlo más.

Tampoco dije nada del otro mundo, tan solo lo evidente, y cómo llegamos a ese punto, no lo tengo claro, pero él me dijo "no, es que tú ya no me quieres". Pero no era cierto. O bueno, sí, y no. "Yo ya no te quiero como antes, o quizás sí, pero de forma diferente". Y esa era la verdad. Y lo que me liberó por completo fue decir "pero si te sirve de algo, tú eres la persona que más he querido en toda mi vida, y así es posible que siga para siempre". De golpe y porrazo, pesaba como 10 quilos menos y otros años menos en mi espalda.

Porque como quieres al principio, cuando estás enamorado la primera vez, ya no quieres en toda tu vida, ni haces las mismas locuras. Harás locuras, pero distintas. Querrás a alguien, pero será diferente. Y diferente no significa peor, simplemente eso: distinto.

Al hablar el fin de semana, aprendí yo también varias cosas en el camino.

Que así como hay alguien especial para mí, a quien de tanto en tanto me gusta hablar y ver como le va la vida por más que siga pensando que es un idiota integral (o derivado), también lo habrá para mi compañer@ en el futuro. No es motivo de envidia, ni representa un peligro, ni me tengo que amargar, ni estar celosa. Simplemente es así. Igual que este torpe me marcó a mí, y de mí forma parte, pasará lo mismo con la gente que me cruce en mi camino. Todas las relacines te esculpen y te transforman en alguien distinto a lo que eras. Quizás la persona que estimas es así precisamente por todo el camino que ha tenido que recorrer. Punto.

Ahora soy consciente de eso también. Otra cosa que aprendí más en 2007, y que en el 99 o el 2000 jamás pensé que podría llegar a decir algún día.

Me alegra poder ser ahora simplemente amigos, y hablar de tanto en tanto, ver qué tal nos va la vida y que cada uno siga con lo suyo. Poder reírnos en un bar sin que yo sienta rencores ni que tenga que apartarme, ni sentirme desplazada, porque ya estoy en paz.

Relatividad, sí.

Acaba de venir el mensajero a recoger la valija diaria de la oficina, y ni me he dado cuenta que son las dos de la tarde. Acabo de dejar pasar seis horas de una mañana sin darme cuenta, entre unas coas y otras... Y mira que tengo mañanas que los minutos no pasan ni pegándoles un tiro.

Me encantaría que todas las mañanas volaran así de rápido, eso querría decir que lo he pasado bien.

11/17/2007

Sin darse cuenta...

(c) Soa Lee




*** Now Playing: 3 Doors Down - When I'm gone

Todo pasó como suceden las cosas... Poco a poco, de forma fluída y sin que me diera cuenta.

Sin darme cuenta, te conocí...

Lo primero fue tu voz. Tan agradable, tan musical, con ese acento que te embriaga a pesar de las bromas que no supe entender en su momento. Pero eso fue lo primero que supe de ti.

Aunque miento. Los recuerdos me traicionan, porque primero, fuiste letras.

Primero fuiste unas letras a veces de color verde, y otras naranja, que algún día se volvieron rosadas por escasos momentos, para volver a ser verdes o naranjas y compartidas con todo el mundo. Hasta el día que tuviste voz.

Pero en aquel entonces, cuando eras aquellas letras verdes, yo me comporté de forma horrible. No te conocía, no sabía quien eras, y si te digo la verdad, no sabía ni siquiera que existías. Pero aun así, la primera impresión que yo te di fue de imbécil sin remedio, cosa que creo he podido mitigar con el tiempo, ese señor que lo cura todo.

Después de voz, fuiste otra vez palabras, un libro de pensamientos, entretejido con recuerdos, fantasías y delirios. A veces, una pizca de desazón y pesadillas, pero compensadas por ilusión y esperanza que aunque no lo creas, siempre están ahí.

Y eso fue lo que me dejó totalmente fuera de combate: tu forma de escribir. Lo que se ve, y lo que a pesar de no verse y querer permanecer escondido (sin éxito), también dice mucho de ti, y todo lo que dice, me encanta.

Más tarde, fue tu mirada.

Esa que podría describirse de fría, calmada. Los ojos de alguien que ha visto tantas cosas que quizás pienses que ya no queda nada más por ver. Pero te aseguro que aun hay maravillas que merecen ser contempladas con ojos como los tuyos (entre ellas, claramente, yo).

Sí, aun hay cosas que harán que las ojeras de tu cara mengüen y pierdan importancia en pro de las arrugas que se formarán un día en tu rostro al sonreír.

Y tras eso, finalmente me fijé en el conjunto.

Sin darme cuenta, te conocí, y como fluye un río hasta llegar al mar, fue cambiando lo que yo empecé a sentir por ti. Simpatía, amistad, cariño... Y sin darme cuenta...

Porque así es como suceden las cosas.

Lo bueno y lo malo siempre termina mezclado, y un día quizás tú también llegues a ver que sin darte cuenta...


*** Lyrics: Sukima Switch, Perf. by Sonim - Asunaro Ginga

11/05/2007

Paz

(c) Drazenka Kimpel - Chapron of Light



En paz conmigo misma, es haber pensado mucho en todo, haber caminado otro tanto y haber tomado una decisión irrevocable.

Estar en paz conmigo, es haber entendido que no hay que tener miedo y que hay que tirar adelante.

Saber lo que se te viene encima mañana, y estar preparado para afrontarlo sin padecer por el futuro y lo que acompaña.

Y yo necesito estar en paz.

Me he aburrido de correr, y de huir, y de ocultar y de sufrir por idioteces.

Los milagros no existen, porque milagro es esperar que alguien haga por ti lo que tú no eres capaz de conseguir con tus propias manos, y en el mundo, no hay nadie tan bueno y altruista para regalarte milagros.

Yo no puedo fabricarlos, y esperarlos es perder el tiempo igual que cuando me quedo sola lloriqueando. Pero lo que sí puedo, lo que está en mis manos, es luchar por mis ilusiones, por mis ideales.

Siempre me he quejado de la gente que tiene problemas y en vez de solucionarlos se queda en un rincón lamentándose, y yo caí en ese agujero. No sé cómo no lo vi antes, pero ahora que soy consciente, no voy a dejar pasar esta oportunidad de redimirme.

A veces lo que te hace darte cuenta de las cosas son estupideces, o los amigos, o un artículo en la prensa o una pesadilla. O el miedo a perder lo que más quieres, o cualquier cosa. O saber que igual mañana no estás para hacerlo que debes hacer hoy.

Mañana seguiré caminando porque no va conmigo dar marcha atrás, si no luchar cada día por las cosas que más aprecio no sé hacerlo diferente. Pero es hoy cuando tengo que tomar decisiones.

Ahora que lo sé, no tengo tanto miedo.

Cuando tomas una determinación y eliges un camino a duro que sea lo que dejas atrás, y aunque lo que tengas delante sea todavía más duro, no hay que arrepentirse. Para mí es mil veces peor la incertidumbre y dejar pasar el tiempo por inercia.

Yo necesito tomar las riendas.

Me he aburrido de ser pasiva y lamentarme. Yo soy combativa, soy perseverante. Habrá quien valore ese rasgo de mi carácter, y habrá quien lo desprecie. Pero yo soy lo que soy, y pienso como pienso y lo que tengo que recordar es que no tengo que pedir disculpas por ello.