11/19/2007

Relatividad


(c) Haruhiko Mikimoto

Qué grande Einstein con sus teorías sobre la relatividad... Y qué curioso es el concepto de tiempo.

Estamos ya acercándonos al fin del 2007. Sí, sí. Parece mentira, que hace diez meses estrenaba un año nuevecito, y parecía que 2008 estaba tan lejos. Porque 2008 va a traer muchas cosas, pero la que trae casi seguro, son mis treinta años y alguna que otra chuchería.

Treinta... Parece que fue ayer que estaba en el parvulario, y hace un poco menos me escapé de casa, y hace dos días tuve el primer novio, y hace unas horas me independicé. Pero no, de todo eso hace mucho tiempo ya.

Treinta... Tampoco es tanto, es la tercera parte de lo que me queda de vida si no me suicido antes o pasa algún imprevisto que acorte mis planes de vida.

Eso quiere decir que me quedan sesenta años por delante. Y no tengo ni guarra de lo que hacer con ellos. Me asusta un poco tener todo ese tiempo. Es como que te den una libreta en blanco y no saber bien cómo empezarla, ni qué escribir.

Un buen día, cuando llevas varias páginas empiezas a ojearla desde el principio y ves que está llena de tachones, marcas, recordatorios, estupideces, manchurrones de tinta y algunas cosas buenas. Miras hacia adelante y quedan muchas más hojas por llenar.

A veces tengo días de esos que piensas que no vale la pena escribir nada más ahí dentro. A veces también pienso que la libreta es demasiado larga y querría que no durara tanto, pero inevitablemente, es lo que es. No es plan de ponerse a arrancar hojas. Todo el mundo dice que quedan muchas cosas buenas por escribir, supongo que es cierto, y mientras quede tinta, seguiré escribiendo.

A veces pienso que todo pasa tan rápido que no me da tiempo de escribirlo y desearía poder llevar más hojas con historias bonitas, y remarcarlas bien grande para mañana.

Supongo que las cosas que quedarán marcadas y resaltadas en fosforito compensarán todos los tachones.

Esperaba haber escrito a estas alturas muchas cosas importantes, y están casi todas escritas, salvo unas pocas. Mi madre dice que estoy tan preocupada por la pulcritud de la libreta y por las historias que no he sido capaz de escribir aun, que olvido otras importantes o narrar el día a día.

No sé, yo simplemente miro las putas hojas en blanco.

Me pregunto como es que la gente puede vivir tan cómodamente el presente, y yo solo miro hacia adelante. Lo he intentado muchas veces, pero concienciarme de vivir "ahora" es muy difícil, aunque creo que cada vez lo hago mejor. A fin de cuentas, si me paro a pensarlo, lo único que existe es "hoy". Ayer ya no está, y cada vez que miro es algo distinto porque los recuerdos se deforman con el tiempo y a veces se pierden, y Mañana no sabes qué va a pasar ni si vas a estar aquí. Gracias a quienes me lo recuerdan de tanto en tanto. Continuo con mi terapia del "presente".

Y de golpe recuerdo a Ferran, con su Carpe Diem. En su día, esa forma de pensar me pareció muy curiosa. Pero seguramente él disfrutó más de ese mes hace tantos años, que yo. Yo me pasé todo el mes pensando en "mañana".

Hoy estaba mirando de nuevo el calendario encima de mi mesa, recordando aquel día que se me dio por empezar a tachar cuadraditos, tan preocupada. Hace nueve meses ya de eso, y hoy me importa un huevo. De hecho, me río.

Pero fue un buen experimiento. Es una cápsula del tiempo atípica. Sirve para que me demuestre a mí misma todos esos convecionalismos "nada dura para siempre", "no hay mal que dure cien años", "el tiempo lo cura todo", "esto también pasará" y todas esas que he oído mil millones de veces. Pero, eh... Es cierto. Todo pasa, lo bueno y lo malo... Así que disfruta todo lo que puedas.

Quizás es lo más importante que aprenderé este año.

Ahora a veces cuando juego a Warcraft me quedo pensando también en cómo transcurren los segundos. Cuando juegas allí, una milésima de segundo es toda una vida. En cambio, en la vida real una milésima no importa un carajo. Es como un céntimo entre un trillón de euros. Tan pequeño que puedes despreciarlo. De hecho no es que puedas despreciarlo, es que ni te enteras de que existe. Pero si me pongo a pensar, una milésima de segundo puede estar cargada de electricidad y sacudir tu cuerpo por entero.

A veces, cuando pasa algo malo, me conciencio a mí misma de que mañana echaré la vista atrás y habrá quedado todo dispersado, y que cuando contemple las cosas desde esa lejanía, de forma quizás más objetiva, como me pasa hoy, lo que me dolió en su momento ya no me hará sentir nada, o casi nada.

En cambio, las cosas buenas, aun seré capaz de recordarlas, aunque sea con menor intensidad.

Por ejemplo, este fin de semana.

Este fin de semana, después de ocho años, me sinceré del todo con alguien muy especial. Esa persona que vas a recordar el resto de tu vida, incluso posiblemente cuando seas viejo y tengas parkinson, y entre ataque y ataque de alzheimer, aun quizás pueda evocar su nombre.

Y fue todo tan sencillo.

Supongo que a veces no estás preparado para afrontar las cosas hasta ese momento determinado, en el que no sabes cómo la necesidad te empuja a decir todo lo que piensas. Yo lo dije porque ya estoy segura, porque todo es pasado y porque no comporta ningún peligro decir nada ya.

Porque es de esas cosas que siempre han estado ahí en la cola de tareas pendientes, y ocho años, son demasiados para alargarlo más.

Tampoco dije nada del otro mundo, tan solo lo evidente, y cómo llegamos a ese punto, no lo tengo claro, pero él me dijo "no, es que tú ya no me quieres". Pero no era cierto. O bueno, sí, y no. "Yo ya no te quiero como antes, o quizás sí, pero de forma diferente". Y esa era la verdad. Y lo que me liberó por completo fue decir "pero si te sirve de algo, tú eres la persona que más he querido en toda mi vida, y así es posible que siga para siempre". De golpe y porrazo, pesaba como 10 quilos menos y otros años menos en mi espalda.

Porque como quieres al principio, cuando estás enamorado la primera vez, ya no quieres en toda tu vida, ni haces las mismas locuras. Harás locuras, pero distintas. Querrás a alguien, pero será diferente. Y diferente no significa peor, simplemente eso: distinto.

Al hablar el fin de semana, aprendí yo también varias cosas en el camino.

Que así como hay alguien especial para mí, a quien de tanto en tanto me gusta hablar y ver como le va la vida por más que siga pensando que es un idiota integral (o derivado), también lo habrá para mi compañer@ en el futuro. No es motivo de envidia, ni representa un peligro, ni me tengo que amargar, ni estar celosa. Simplemente es así. Igual que este torpe me marcó a mí, y de mí forma parte, pasará lo mismo con la gente que me cruce en mi camino. Todas las relacines te esculpen y te transforman en alguien distinto a lo que eras. Quizás la persona que estimas es así precisamente por todo el camino que ha tenido que recorrer. Punto.

Ahora soy consciente de eso también. Otra cosa que aprendí más en 2007, y que en el 99 o el 2000 jamás pensé que podría llegar a decir algún día.

Me alegra poder ser ahora simplemente amigos, y hablar de tanto en tanto, ver qué tal nos va la vida y que cada uno siga con lo suyo. Poder reírnos en un bar sin que yo sienta rencores ni que tenga que apartarme, ni sentirme desplazada, porque ya estoy en paz.

Relatividad, sí.

Acaba de venir el mensajero a recoger la valija diaria de la oficina, y ni me he dado cuenta que son las dos de la tarde. Acabo de dejar pasar seis horas de una mañana sin darme cuenta, entre unas coas y otras... Y mira que tengo mañanas que los minutos no pasan ni pegándoles un tiro.

Me encantaría que todas las mañanas volaran así de rápido, eso querría decir que lo he pasado bien.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Fe-... ¿Felicidades?

Ysondra dijo...

Seh xD =)

Por pasar otra página. Es lo malo de gente inquieeta como yo que lee cinco libros a la vez, que los tienes todos a medias y te toca ir cerrándolos después antes de colapsarte xD =)

Cuanto tiempo sin verte =) ^^

Ahora que volví a la oficina estoy de retome bloguero xD

Ángeles Navarro dijo...

Uff, que relajante y fluido tú post. Me encanto, de verdad. Y que casualidad yo en el 2008 tambien cumplo 30, me agobie un poco con lo de 60 años por delante, es demasiado tiempo para mis huesos, el solo pensarlo me chupa las energias.

Ysondra dijo...

Hola ^^

Quizás es eso, pensar en el futuro, me pone enferma xD Pero curiosamente, y aunque es contradictorio, no dejo de pensar en mañana sin mirar "hoy".

En mis propósitos de 2008 está incorporar más el carpe diem en mi vida =)

Y más salones de belleza! Es tan relajante *^-^*