Adoro vivir en la ciudad, no me cansaré de repetirlo. Déjame sin librerías y me moriré como un náufrago sin agua.
Sin embargo, no deja de sorprenderme que vayas por la calle, te cruces con personas y no las vuelvas a ver nunca más. Ni las conoces, ni te conocen, y a ninguno nos importa (salvo en días puntuales).
Entonces, de camino al trabajo, o desayunando, o en el trabajo mismo, ojeas un diario en formato papel o digital, y ves las miserias ajenas (porque no nos engañemos, las miserias siempre son noticia, y en extrañas ocasiones alegrías relacionadas con la gente de a pie). Todo el mundo se lamenta por eso que ocurre a años luz de su casa (a fin de cuentas que más da hablar en kilómetros de la distancia a Japón por ejemplo, si nunca vas a ir… es como si estuviera a años luz, para el caso). Se estiran de los pelos, y si acaso hacen un donativo.
La gente que se siente muy, muy, culpable, se da de alta en una ONG que le colaron en Navidad, y paga religiosamente su cuota para ayudar a unas personas que no conoce y que quizás ni existen.
Alguna vez he pensado apadrinar un niño, pero no lo he hecho. Porque apadrinar un niño es mandar un donativo de 15 euros al mes. ¿Qué me estás contando? Yo si apadrino un niño es para seguir sus progresos educativos, mantener una correspondencia, ver unas fotos, y que se venga a mi casa a pasar las vacaciones o el tiempo que pueda. Pero no para darle 15 euros al mes a una fundación que no sé quienes son.
Es todo tan impersonal… Una vez leí en un comic una frase que quizás salió de cualquier otro lado “Nunca me siento tan sola como cuando estoy rodeada de gente” (Karekano, de Masami Tsuda).
A veces, también recuerdo películas estúpidas como “Conoces a Joe Black”.
En un pueblo está mal visto no hablar con nadie, no relacionarte. En la ciudad ser efusivo y saludar a todo el mundo, es lo más parecido a estar loco. Mi madre, por lo tanto; sería la reina de la fiesta en un pueblo, y en la ciudad cualquier día la mandan al manicomio.
Porque ella habla con todo el mundo. En la calle, en el metro, en el super, en el bus, en el trabajo, debajo del agua (no lo he comprobado, pero fijo que lo hace xD). Y muchas veces me avergüenzo. Pero en el fondo, me da una cierta envidia porque yo no soy capaz de hacerlo.
Supongo que la Sociedad nos cohíbe a todos a la larga. ¿Por qué debería preocuparme invitar a un desconocido a un café si no le veré más en la vida? ¿Qué lo impide?
Conocí una vez un chico en la Fnac. Afortunadamente, dependiente xD Así que lo veo casi cada día. Fui buscando un ejemplar de “Traición” de Orson Scott Card, pero como no estaba en existencias lo encargué y él me tomó los datos. Cuando me preguntó el nombre, le respondí y me miró con esos ojazos azules y me dijo: “precioso nombre” y yo pensé “como tú…” Pero a diferencia de él, yo no dije nada. Me limité a pensarlo. Y ahora no hay día que no piense cuando le veo, que podría haber dicho algo y no tuve valor.
Debajo de mi trabajo, hay un Starbucks. La primera vez que probé el café, concluí que era una porquería. Vaya asco de café. Qué malo estaba.
Pero un buen día la cafetera de la oficina dijo “Adiós mundo cruel” Y expiró. Y yo necesitaba café desesperadamente. Así que resignada a mi suerte bajé al Starbucks a comprar una dosis de mi mierda particular. Como pasa con todo, me acostumbré al sabor. Así que me volví adicta xD ¬_¬’
En el Starbucks, no sé por qué oscuro motivo, cambian l@s camarer@s cada seis (dos por tres). Así que un buen día apareció ahí como una seta un nuevo camarero (o igual ya estaba, pero no le había visto antes, no me fijé). Yo iba leyendo un número de “Baby my Love”, y él me atiende, y mira el cómic y me pregunta qué tal. Y fugazmente le digo que bien, que aprovecho siempre para leer. Y me dice “Éste no lo conozco”. Y le digo “Ah, está muy bien… Es que yo siempre voy leyendo cosas de estas o libros de dragones”. Y él me dijo que era estudiante de ilustración.
Debe estar de vacaciones porque hace días que no le veo.
El día que estrenaron Transformers, no sabía con quien ir. Eran las ocho de la mañana y me moría de ganas de ir al cine. Bajé a por mi café y se me cruzaron los cables. Y pensé… Pues podría invitarle… Pago mi expresso (no lo pido porque él ya sabe que siempre tomo lo mismo y ya lo había servido). Y le pregunto “¿Vas a ir a ver Transformers?” Y me dice “Igual voy el viernes”. Y nuevamente, como una imbécil, sonrío y no digo nada más que “Ah. Bueno gracias, me voy. Buen día”. A lo que él responde “Que tengas un buen día “ (sonaba a “Propicios días”, como en “Demolition Man” xD). Y me fui otra vez sin decir nada.
Qué condenada rabia. En un pueblo, lo habría dicho, y tan ancha. Pero no son las formas de la ciudad.
A ver si me mentalizo más para la próxima.
Otra cosa interesante es cómo paramos la oreja en la calle, o el transporte público. Yo lo hago bastante si el libro que llevo ya lo terminé, o voy sin libro o sin mp3 encima.
El lunes mismo, iba en el bus, en una zona de cuatro asientos (dos y dos enfrentados).
Tenía dos sudamericanas enfrente y una al lado mío (no tengo nada en contra, yo también lo soy, que para algo nací en Uruguay, aunque lleve aquí toda al vida xD). Eran mayores, una rondaba los 50 y las otras dos los 40 (un día me comeré estas palabras con patatas, porque tendré 40 y me veré joven xD). Las dos de enfrente tenían la una voz indiferente y la otra enfadada y “in crescendo”.
Sigo leyendo “Casa Atreides”… Y de pronto oigo:
- Pues si te vas a casar, y me invitas a la boda, al menos me tendrás que decir con quien te casas, ¿no?
Paro la oreja. Porqué mierda todo el mundo se casa menos yo =_
La otra chica de mi costado no responde, mientras la mujer de al lado de la enfadada (que estaba leyendo el diario) dice:
- Deja de ser tan metomentodo (no usó esa palabra, pero vienen a ser lo mismo).
- No, no, a ver. Que me lo diga. Si me invita a la boda es lo menos que puede hacer.
La “prometida” sigue guardando silencio, compungida. Entonces paro la oreja (al estilo Sae en “Peach Girl” xD) ya picada por la curiosidad.
- Es que si te lo digo, igual te molestas.
Mirada asesina de la Enfadada. La Pasiva asoma la nariz de detrás de su diario.
- Es asunto suyo – Dice la del diario.
Me pongo a mirar para la calle, porque se quedan calladas, y las oigo retomar la conversación.
Resulta que la Prometida conoció un chico hace un mes o así, saliendo de juerga y se iba a casar con él, para obtener los papeles. Y sus amigas estaban entre incrédulas e indignadas, por su tremenda estupidez, que la impulsaba a casarse con alguien que no conocía a cambio de unos papeles, y pensando que era automático el proceso.
La susodicha desconocía que tenía que estar mínimo un año casada con él, que los iban a estudiar como pareja y todo el lío.
Entonces me puse a pensar, a parte de que nadie conoce a nadie, el valor actual del matrimonio (que no difiere mucho del antiguo, claro, porque también existían los matrimonios de conveniencia).
Ni amor, ni pasión, ni deseo. Negocio puro y duro. Encadenarte a un hombre diez años. Morir a manos de un desconocido. Y todo por un papel de mierda y por impaciencia.
Y di gracias de ser una mujer de recursos y de vivir de mi trabajo, a pesar de la soledad de la gran ciudad.
Mi madre dice que mi mayor problema es que vivo pensando en todo lo que me falta, sin disfrutar de lo que tengo en el proceso. Y en momentos como ese, hago memoria.
Quizás no es la ciudad, la rara. Creo que hoy en día, raro es el mundo en sí.
Sin embargo, no deja de sorprenderme que vayas por la calle, te cruces con personas y no las vuelvas a ver nunca más. Ni las conoces, ni te conocen, y a ninguno nos importa (salvo en días puntuales).
Entonces, de camino al trabajo, o desayunando, o en el trabajo mismo, ojeas un diario en formato papel o digital, y ves las miserias ajenas (porque no nos engañemos, las miserias siempre son noticia, y en extrañas ocasiones alegrías relacionadas con la gente de a pie). Todo el mundo se lamenta por eso que ocurre a años luz de su casa (a fin de cuentas que más da hablar en kilómetros de la distancia a Japón por ejemplo, si nunca vas a ir… es como si estuviera a años luz, para el caso). Se estiran de los pelos, y si acaso hacen un donativo.
La gente que se siente muy, muy, culpable, se da de alta en una ONG que le colaron en Navidad, y paga religiosamente su cuota para ayudar a unas personas que no conoce y que quizás ni existen.
Alguna vez he pensado apadrinar un niño, pero no lo he hecho. Porque apadrinar un niño es mandar un donativo de 15 euros al mes. ¿Qué me estás contando? Yo si apadrino un niño es para seguir sus progresos educativos, mantener una correspondencia, ver unas fotos, y que se venga a mi casa a pasar las vacaciones o el tiempo que pueda. Pero no para darle 15 euros al mes a una fundación que no sé quienes son.
Es todo tan impersonal… Una vez leí en un comic una frase que quizás salió de cualquier otro lado “Nunca me siento tan sola como cuando estoy rodeada de gente” (Karekano, de Masami Tsuda).
A veces, también recuerdo películas estúpidas como “Conoces a Joe Black”.
En un pueblo está mal visto no hablar con nadie, no relacionarte. En la ciudad ser efusivo y saludar a todo el mundo, es lo más parecido a estar loco. Mi madre, por lo tanto; sería la reina de la fiesta en un pueblo, y en la ciudad cualquier día la mandan al manicomio.
Porque ella habla con todo el mundo. En la calle, en el metro, en el super, en el bus, en el trabajo, debajo del agua (no lo he comprobado, pero fijo que lo hace xD). Y muchas veces me avergüenzo. Pero en el fondo, me da una cierta envidia porque yo no soy capaz de hacerlo.
Supongo que la Sociedad nos cohíbe a todos a la larga. ¿Por qué debería preocuparme invitar a un desconocido a un café si no le veré más en la vida? ¿Qué lo impide?
Conocí una vez un chico en la Fnac. Afortunadamente, dependiente xD Así que lo veo casi cada día. Fui buscando un ejemplar de “Traición” de Orson Scott Card, pero como no estaba en existencias lo encargué y él me tomó los datos. Cuando me preguntó el nombre, le respondí y me miró con esos ojazos azules y me dijo: “precioso nombre” y yo pensé “como tú…” Pero a diferencia de él, yo no dije nada. Me limité a pensarlo. Y ahora no hay día que no piense cuando le veo, que podría haber dicho algo y no tuve valor.
Debajo de mi trabajo, hay un Starbucks. La primera vez que probé el café, concluí que era una porquería. Vaya asco de café. Qué malo estaba.
Pero un buen día la cafetera de la oficina dijo “Adiós mundo cruel” Y expiró. Y yo necesitaba café desesperadamente. Así que resignada a mi suerte bajé al Starbucks a comprar una dosis de mi mierda particular. Como pasa con todo, me acostumbré al sabor. Así que me volví adicta xD ¬_¬’
En el Starbucks, no sé por qué oscuro motivo, cambian l@s camarer@s cada seis (dos por tres). Así que un buen día apareció ahí como una seta un nuevo camarero (o igual ya estaba, pero no le había visto antes, no me fijé). Yo iba leyendo un número de “Baby my Love”, y él me atiende, y mira el cómic y me pregunta qué tal. Y fugazmente le digo que bien, que aprovecho siempre para leer. Y me dice “Éste no lo conozco”. Y le digo “Ah, está muy bien… Es que yo siempre voy leyendo cosas de estas o libros de dragones”. Y él me dijo que era estudiante de ilustración.
Debe estar de vacaciones porque hace días que no le veo.
El día que estrenaron Transformers, no sabía con quien ir. Eran las ocho de la mañana y me moría de ganas de ir al cine. Bajé a por mi café y se me cruzaron los cables. Y pensé… Pues podría invitarle… Pago mi expresso (no lo pido porque él ya sabe que siempre tomo lo mismo y ya lo había servido). Y le pregunto “¿Vas a ir a ver Transformers?” Y me dice “Igual voy el viernes”. Y nuevamente, como una imbécil, sonrío y no digo nada más que “Ah. Bueno gracias, me voy. Buen día”. A lo que él responde “Que tengas un buen día “ (sonaba a “Propicios días”, como en “Demolition Man” xD). Y me fui otra vez sin decir nada.
Qué condenada rabia. En un pueblo, lo habría dicho, y tan ancha. Pero no son las formas de la ciudad.
A ver si me mentalizo más para la próxima.
Otra cosa interesante es cómo paramos la oreja en la calle, o el transporte público. Yo lo hago bastante si el libro que llevo ya lo terminé, o voy sin libro o sin mp3 encima.
El lunes mismo, iba en el bus, en una zona de cuatro asientos (dos y dos enfrentados).
Tenía dos sudamericanas enfrente y una al lado mío (no tengo nada en contra, yo también lo soy, que para algo nací en Uruguay, aunque lleve aquí toda al vida xD). Eran mayores, una rondaba los 50 y las otras dos los 40 (un día me comeré estas palabras con patatas, porque tendré 40 y me veré joven xD). Las dos de enfrente tenían la una voz indiferente y la otra enfadada y “in crescendo”.
Sigo leyendo “Casa Atreides”… Y de pronto oigo:
- Pues si te vas a casar, y me invitas a la boda, al menos me tendrás que decir con quien te casas, ¿no?
Paro la oreja. Porqué mierda todo el mundo se casa menos yo =_
La otra chica de mi costado no responde, mientras la mujer de al lado de la enfadada (que estaba leyendo el diario) dice:
- Deja de ser tan metomentodo (no usó esa palabra, pero vienen a ser lo mismo).
- No, no, a ver. Que me lo diga. Si me invita a la boda es lo menos que puede hacer.
La “prometida” sigue guardando silencio, compungida. Entonces paro la oreja (al estilo Sae en “Peach Girl” xD) ya picada por la curiosidad.
- Es que si te lo digo, igual te molestas.
Mirada asesina de la Enfadada. La Pasiva asoma la nariz de detrás de su diario.
- Es asunto suyo – Dice la del diario.
Me pongo a mirar para la calle, porque se quedan calladas, y las oigo retomar la conversación.
Resulta que la Prometida conoció un chico hace un mes o así, saliendo de juerga y se iba a casar con él, para obtener los papeles. Y sus amigas estaban entre incrédulas e indignadas, por su tremenda estupidez, que la impulsaba a casarse con alguien que no conocía a cambio de unos papeles, y pensando que era automático el proceso.
La susodicha desconocía que tenía que estar mínimo un año casada con él, que los iban a estudiar como pareja y todo el lío.
Entonces me puse a pensar, a parte de que nadie conoce a nadie, el valor actual del matrimonio (que no difiere mucho del antiguo, claro, porque también existían los matrimonios de conveniencia).
Ni amor, ni pasión, ni deseo. Negocio puro y duro. Encadenarte a un hombre diez años. Morir a manos de un desconocido. Y todo por un papel de mierda y por impaciencia.
Y di gracias de ser una mujer de recursos y de vivir de mi trabajo, a pesar de la soledad de la gran ciudad.
Mi madre dice que mi mayor problema es que vivo pensando en todo lo que me falta, sin disfrutar de lo que tengo en el proceso. Y en momentos como ese, hago memoria.
Quizás no es la ciudad, la rara. Creo que hoy en día, raro es el mundo en sí.
8 comentarios:
Guau, vaya tochazos que te gastas. xD
Me gusta cómo escribes, has ganado un lector. Ahora me tocará empezar desde el principio. xD
En cuanto a la entrada, veo que nos pasa más o menos lo mismo, razonamos demasiado y a veces valdría la pena ser un poco más "alocados". -_-U
(¡Ah! Ya he visto los dos primeros de Heroes. ._.")
Jajajaja =)
Bienvenido a mi mundo xD =) No te pase nada. Hay un poco de todo, literatura, pensamientos, cabreos xD En fin =) Normalemente cuando empiezo a escribir, me desfogo y me salenunos tochos considerables.
Es mi blog terapéutico xD =)
En el apartado de Lienzos hay dibujos que hice hace tiempo también =)
Bueno, y de Heroes ya me contarás qué tal =) A mí me encanta la serie ^^ A esperar la segunda temporada con impaciencia ^^
Sarita, deberias aprender de esta muchacha.
Jajajaja
Ya ves xD =)
Marineritos y yogurines... Jajajaja
Antes tenía más desparpajo. Igual en algún momento me vuelve xD =)
Ty por el link!
Tiaaa no te conté que un cubano me ofreció 3.000 € por casarme con él?? Es amigo mio de hace tiempo y dice que necesita estar casado con una española dos años para que se los den y dice que con una tia a la que quiera seguro que no dura los dos años que necesita jajajajaja...pa lo que ha quedao el amor...
De todas maneras 3.000 me pareció poco que luego en el divorcio seguro que me los saca :P
La ciudad... nos mata pero nos alimenta...
Qué relato-reflexión más interesantes, creo que a todos nos ha pasado, pero es la primera vez que lo veo escrito ;)
Saludos y hasta otra!!!
Seguro que nos pasa a todos en algún momento xD =)
La gente debería leer y esribir más. Todo el mundo tiene un punto de vista interesante que contar a los demás ^^
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