9/06/2007

Virus, por Neil Gaiman

Imagen perteneciente a la saga de .Hack Sign

Me tomo la licencia de dejar aquí un cuento de Neil Gaiman que me ha impactado mucho.

Se me había pasado por la cabeza colgarlo en la web de mi clan de Warcraft, porque estamos pasando momentos delicados, pero dado que da mucho que pensar, se me ocurrió que no era la mejor ocasión, aunque el texto es brillante. Así que me decidí por ponerlo en mi espacio personal que es menos peligroso.

Cuando las cosas vuelvan a su sitio igual lo pongo.

Ya se sabe, la gente empieza a pensar, y ello conduce a una hecatombe mundial.

No obstante, tengo que decir que estoy leyendo un libro (soy adicta a la lectura, qué le vas a hacer...) de este hombre.

Desde que le conocí en Sandman, he pensado que Neil Gaiman es un buen dios de la literatura.

De sus libros, el que más me gusta hasta el momento es "Stardust", pero hoy encontré en Fnac uno que se llama "Humo y Espejos", antología de relatos cortos suyos... Y no tiene desperdicio.

Quería compartir una historia en concreto y luego transcribiré la introducción del libro -que no el cuento-, que a mí me ha calado mucho.

A quien ande aburrido, le recomendaría que le lea. Es un tipo peculiar, una mente brillante y un escritor increíble.

Este cuento, por ejemplo, es real como la vida misma. Y por eso, igual de duro.


****

VIRUS

Introducción, por Neil Gaiman

"Este cuento lo escribí para Digital Dreams ("Sueños Digitales") de David Barrett, una antología de ficción informática. Ya no juego a muchos videojuegos. Cuando lo hacía, me di cuenta de que los juegos tendían a ocupar áreas de mi cabeza. Caían bloques u hombrecitos corrían y saltaban detrás de mis párpados cuando me iba a dormir. En general solía perder, incluso cuando jugaba con mi mente. Este cuento surgió de aquello".



Había un juego de ordenador, me lo dieron,
uno de mis amigos me lo dio, él jugaba,
dijo, es genial, deberías jugar,
y lo hice, y lo era.

Lo copié del disquette que me dio
para cualquiera, quería que todo el mundo lo jugara.
Todo el mundo debería pasárselo así de bien.
Lo envié por la red a tablones de anuncios
pero principalmente se lo envié a todos mis amigos.

(Contacto personal. Así es como me lo habían dado a mí.)

Mis amigos eran como yo: a algunos les daban miedo los virus,
alguien te daba un juego en un disquette y a la semana siguiente
o en viernes 13
te reformateaba el disco duro o te corrompía la memoria.
Pero éste nunca lo hizo. Éste era segurísimo.

Empezamos a jugar:
Cuanto mejor juegas más difícil se vuelve el juego;
quizá no ganes nunca pero puedes llegar a ser bastante bueno.
Yo soy bastante bueno.

Por supuesto que tengo que pasar mucho tiempo jugando.
También lo pasan mis amigos. Y sus amigos.
Y las personas que te encuentras, las ves,
que andan por las autopistas viejas
o hacen cola, lejos de sus ordenadores,
lejos de las salas de juegos que surgieron de la noche a la mañana,
pero que lo están jugando en su cabeza mientras tanto,
combinando formas,
cavilando sobre curvas, poniendo colores junto a colores,
girando señales hacia secciones nuevas de la pantalla,
escuchando la música.

Claro que sí, la gente piensa en él, pero sobre todo lo juega.
Mi record son dieciocho horas seguidas.
40.012 puntos, 3 fanfarrias.

Juegas a pesar de las lágrimas, el dolor de la muñeca, el hambre,
después de un rato
todo desaparece.
Todo menos el juego, debería decir.

Ya no me queda sitio en la mente: sitio para otras cosas.
Copiamos el juego, se lo dimos a nuestros amigos.
Transciende el lenguaje, ocupa nuestro tiempo,
a veces creo que últimamente me olvido de cosas.

Me pregunto qué le pasó a la TV. Antes había TV.
Me pregunto qué pasará cuando me quede sin comida enlatada.
Me pregunto adónde ha ido toda la gente. Y entonces me dio cuenta de que, si soy lo bastante rápido, puedo poner un cuadrado negro junto a una línea roja,
duplicarlo y hacerlos girar para que ambos desaparezcan,
duplicarlo y hacerlos girar para que ambos desaparezcan,
despejando el bloque izquierdo
para que suba una burbuja blanca…

(Así que ambos desaparecen.)

Y cuando la electricidad se apague para siempre entonces
lo jugaré en la cabeza hasta que me muera.

No hay comentarios: