4/12/2007

Hermano de armas, Compañero de batallas (I)

Capítulo 1 .- A la carrera

Cabalgan bajo un cielo extraño, ajenos a la vigilancia constante de esas lunas imposibles que cuelgan de la nada, embellecidas por miríadas de estrellas y el halo misterioso de una aurora boreal perpetua. Parece que fue ayer cuando sus ojos, verde esmeralda, contemplaran el paisaje por vez primera.

Cabalgan raudos, los cascos de las monturas repiqueteando contra el suelo con fuerza, con altivez, entonando un tétrico canto de guerra un paso tras otro.

Cabalgan, apretando los talones a los flancos de sus bestias, obligándolas a aumentar su velocidad atravesando el aire cargado de aromas conocidos: miedo, sudor y sangre.

Irrumpen sin aliento las murallas de la avanzada, dejando a su espalda una estela de polvo rojizo. Han cambiado sus tierras repletas de foresta por la esterilidad de unas rocas en un paisaje que les es ajeno y poco familiar.

Se encaminan sin mediar palabra alguna a la posada, en busca de algo de reposo. La figura más menuda de las dos, se acerca a una de las hamacas para descansar.

Los trolls que regentan el lugar no se caracterizan por su gusto en la decoración, prefieren los habitáculos austeros y funcionales, como los orcos, así que en Thrallmar no encontrará las bellezas ni lujos de Silvermoon, pero no importa: su piel, está tan repleta de magulladuras y cortes por todo su cuerpo que no sería capaz de distinguir ahora la suavidad de las sábanas de seda de araña. De hecho, la manta cuyo tacto en poco difiere del esparto, es lo suficientemente cálida y acogedora como para hacerla caer en el sueño.

La otra figura, más fornida, inequívocamente masculina, se sienta al borde de la hamaca de su compañera, bebiendo fervorosamente de la bota de agua draénica para recuperar la vitalidad necesaria, curar sus propias heridas, y las de la elfa que se halla dormida ya.

Con el cansancio reflejado en el rostro y un movimiento puramente mecánico, se quita el yelmo y lo deja a su lado, en el suelo. Tendrá que llevarlo a reparar, y habrá que bruñir nuevamente la superficie una vez más. Está tan magullado que no refleja ni la luz de la antorcha sobre su cabeza, pero después de haber comprobado en varias ocasiones la pericia de Rohok, el gran maestro herrero local, no tiene duda alguna de que su atavío quedará como nuevo.

Debajo de la capa raída por las inclemencias del duro viaje, lleva su caparazón de acero, vestimenta característica de aquellos que nacieron, crecieron y viven para ser paladines de Silvermoon. Emisarios de un honor corrompido, que pocos recuerdan en estos días aciagos.

Él lleva orgulloso sus armas. Él levanta su escudo para defender principios tan cubiertos de polvo para la gente como el suelo de la posada en la que descansa. Él viste su armadura en la batalla que es la única posesión que le queda en este continente vagabundo.

Sale de su ensoñación, y su pensamiento vuelve al presente, para contemplar a la compañera que tiene al lado. Levanta sus brazos en una plegaria a uno dioses simbólicos, hasta que las palmas de sus manos crepitan de energía. Lentamente al principio, y con la fuerza de un torrente más tarde, nota como la fuerza surge de él, para envolver a la elfa.

La carne rota se restaura, las heridas cesan su sangrar y cicatrizan.

La joven que duerme a su lado se despereza, con la jovialidad iluminando su rostro.

- “Tan feo como siempre… ¿Será posible que alguna vez cuando despierte podamos ver algo más que ese rostro ceniciento que llevas?” -se mofa ella en tono jocoso, después de estirarse.

- “Y tú, como siempre tan simpática, con tu encantador sentido del humor. Poco más y no lo cuentas. Deberías darme las gracias, mocosa.”

Ella lo mira realizando una burla. El paladín se gira, mientras ella le saca la lengua a sus espaldas.

- “No tengo ojos en la nuca, niña, pero te conozco lo bastante como para advertirte. Cualquier día pierdes esa lengua tuya, origen de tu perdición.”

- “Habló el entendido” -le replica-… “Pues que sepas que tu sentido de la orientación no es mucho mejor que el mío, Señor del Unicornio Despistado. Repite ahora aquello de que tu caballo no sabía el camino hasta Avanzada del Halcón, listillo”.

Un par de orcos y una troll los miran de reojo divertidos. Pelea de enamorados, piensan.

La elfa le salta encima, por la espalda, y se le sube a caballito.

- “¡Ánimo, Sardinilla! ¡Vamos corriendo a ver al intendente!” –le increpa-“Tenemos un informe que reportar, y me muero de ganas de coger la recompensa entre mis manos. Estás hecho todo un viejo, ¿lo sabías? ¡Pierdes facultades! ¡Eres tan lento que para cuando llegues, me habrán salido canas!”

Su risa cristalina resuena en la posada mientras sale a la carrera por la puerta, después de lanzarle la típica pulla a modo de reto.

No ha alcanzado el umbral siquiera, cuando un tirón de pelo la detiene a medio brinco en el aire.

- “¡Aaaaaaaaaaaaaaaaau!” –Aulla- “¡Eres un bestia! Quítame las zarpas de encima, tú hijo de una draenei apareada con enano. Tienes los modales de un gnomo descarriado, ¿lo sabías?”
- “La culpa es tuya, insolente” –le dice- “Y a todo esto, a ver cuándo aprendes a comportarte como la señoritinga que se supone que eres. Cuando voy contigo mi reputación tiembla. A este paso no se va a fijar en mí ni una elfa.” -Y rompe a correr- “¡El último en llegar es un moco de jade!”

Ella se ríe, mientras le deja ventaja.

- “Corre, chico, corre “–murmura mientras cuenta para sus adentros-. “Uno… Dos… Tres…”

Sus dedos trazan rápidamente unos signos en el aire, un aura blanquecina envuelve sus manos, para dejar escapar un rayo veloz y claro que impacta en su compañero. El elfo no tiene tiempo a molestarla con su bramido porque lo único que acierta a pronunciar es un amenazador… ¿Balido?

La muchacha se detiene a su lado, irguiéndose más de metro y medio sobre su amigo, que ahora es una bola de lana blanca y morro sonrosado.

- “Y tienes suerte” –le dice-. “¡La próxima vez igual te transformo en un precioso cerdito!”

Sigue corriendo hacia los cuarteles, pero antes de que se pierda a toda velocidad en el interior del edificio, el sufrido paladín escucha:

- “¡Breez! ¡Eres un lento! ¡Oveja el último!”

Las risas de la elfa de pelo índigo se pierden entre las piedras.

- “Cualquier día la mato… O mejor aun… Que la masacre algún bicho, que haré ver que no la salvo a tiempo… Igual hasta me cree capaz.”

El efecto de oveja desaparece. Ahora es su turno de ir a la carrera.

- “¡Saranna! ¡Cuando te pille no te vas a sentar en una semana! ¿Me oyes? De la azotaina en el culo que te voy a dar.”

Pero ella ya no le oye porque está reportando a los jefes de la avanzada, y de todas formas, él se reía tanto que no se podía entender muy bien lo que decía.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres mala, por cosas como esta me dan ganas de cambiarme de server... :_(

Ysondra dijo...

xDDDDDDDDDDDDD

Una lástima que te emperraras en estar en ese server xD =)

Me alegro de que te gustara ^^

A ver si coincidimos en el msn. Es que tío, últimamente tengo la vida un poco.. Trastocada y tengo horarios de finde poco habituales. Este finde, sin ir más lejos, dormí 5 horas y media o así, en 56 xD, así que fue un día muy largo de 56 horas con dos siestas.

Pero me lo pasé de puta madre.

Y, sinceramente, entre semana no abro mucho el messenger, porque estoy jugando.

Anónimo dijo...

Tranqui si te entiendo, yo también estoy hasta las cejas de curro peeero estoy vagueando más de lo debido porque decidí dale una vuelta de tuerca al WoW.

Me encontré de casualidad en el mismo server con Trujen y Eniac, total que acabamos mis amigos y yo con ellos en una hermandad.

Al final también y debido a las nuevas actualizaciones me rendí definitivamente con el palata así que tengo ya un rogue a 37 y estamos planteandonos el formar nuestra propia guild: La Cofradía de las Garzas, te suena? xD

Tenemos incluso la intención de obligar a ir en montura de poyo de estas de los elfos de sangre de color negro y de llegar en los ratos de estar en ciudad tranquilos un smoking negro de esos que hacen los tailoring... Veremos en que queda la frikada pero reirnos nos reimos un rato XD

Un besote wapa, no hay forma de localizarte pero me alegra el saber que todo anda bien. Se buena :*

Ysondra dijo...

A eso solo puedo decir...

FRIKIS!

xDDDDDDDDDDDDD

Ya me extrañaba a mi que no estuviera Eniac por ahí. A lo que sé, todos hemos acabado en el WoW. Creo qu elo llevamos en la venas xD =) Son demasiados años jugando como para no estar por allí.

Aunque bueno, de friki no te puedo acusar por que a mí se me dio por intentar organizar el Primer Festival de Dun Modr xD, cosa que creo que al final quedará en nada, porque a la gente le cuesta más moverse...

http://forums.wow-europe.com/thread.html?topicId=277707987&sid=4

Pero no por ello quiero dejar de intentarlo. Lo malo de un server PvP es que a veces se echan de menos eventos roleros.

Tengo un mes para rallar al personal xD =)

En fin tan loca como siempre.