Yo era feliz, ¿sabes?
Quería permanecer allí, en la oscuridad, en el frío hielo, acunada en el silencio, alejada de las risas, escondida en el dolor y la ignorancia.
Quería seguir viviendo entre esa nada, donde todo estaba controlado, donde la vida era un tenue lamento, un llanto monótono, en ese húmedo agujero donde la felicidad no abarca, donde no llega la alegría. Ni la esperanza. Ni la luz. Ni el amor. Donde estaba sólo yo con mis tristes recuerdos cubiertos de polvo, de unos días felices tan, tan lejanos, que pertenecían a un mundo de ficción donde yo era un mero espectador.
Tan vetustos y deshilachados que los contemplaba como quien observa uno de esos souvenires congelados, réplica de un paisaje bajo miríadas de nieve y purpurina. Estaban allí: aislados, y yo vivía tan pasiva que ni sacudir esa bola me atrevía ya.
Pero tú… Tú escarbaste entre la tierra, removiste mis raíces, sacudiste el universo y me sacaste de nuevo al sol. Y brillaba tanto, quemaba tanto que creí enloquecer. Ansiaba correr. Huir de nuevo entre las sombras. No pude conseguirlo. A mi pesar estaba tan maravillada, era todo tan bello, tan perfecto, tan extático… Y el calor, el tacto, me abrumaba... Y el sonido de la risa, la armonía del paisaje, la felicidad tan vasta que escapaba por las yemas de mis dedos. Parecía que podría volar sin alas y rozar el cielo.
¿Por qué? ¿Por qué tan cruel conmigo? ¿Por qué dejaste que se derritiera mi hielo, que se revolvieran mis recuerdos? ¿Por qué permitirme recordar que la dulzura existía? ¿Por qué me enseñaste lo que era ser feliz de nuevo?
Yo te juro que ya no quería saberlo… Cuanto más para perderlo en el vendaval de un antojo. ¿Por qué? ¿Por qué me hiciste eso?
Y me arrancaste las esquirlas, robaste mi oscuridad, me expusiste a esa maldita llama para arder en un capricho y volver a tirarme de nuevo a un agujero, más profundo, más vacío, más triste y aterrador… Más oscuro y solitario. Más perverso, repleto de pesadillas que se alimentan de mis recuerdos de la felicidad que existe bajo la luz del sol.
Yo, de verdad, no quería saberlo: era feliz en mi amargura y mi obnubilada negación del calor.
1 comentario:
Hola noia.
He vuelto a cambiar de hosting y dominio (http://chusz.byethost7.com). Te lo aviso por si quieres cambiar el enlace que tienes por aquí.
Saludos. :)
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