4/24/2008

La danza

(c) Jason Chan - Dance of Blades

Se mueven dando círculos, espada en mano. Tanteando el terreno, probándose, midiéndose, estudiándose.

Se observan a los ojos, escrutando sus miradas recíprocas, intentando descubrir la finta por venir. El ataque imprevisto. El error del otro, la guardia baja.

Recolocan sus cuerpos grácilmente, se balancean, se contonean mientras sus pies describen un baile complejo.

Se retan, removiendo el espacio que les separa con estocadas breves, mientras se oye una melodía simple, suave y delicada, compuesta tan sólo del silbido del filo al cortar ese aire sus espadas.

El verdadero reto está en sus mentes: intentan anticiparse, uno al otro; buscar el punto débil, el flanco descubierto, el ínfimo y mortal hueco en el pecho al que atacar y asestar ese golpe definitivo que traiga consigo la victoria.

Centellea el acero en el aire, presto, con movimientos casi volátiles, casuales, y a simple vista la lucha parece sencilla.

Se acercan, invadiendo mutuamente lo que les queda de espacio.

El uno se anticipa, la otra ataja. Ella recupera el equilibrio y contraataca. Toma la delantera, y asesta un golpe contundente. Internamente, se congratula.

Pero la puntería la traiciona, en el postrer momento: no consigue herirle en el pecho. No atraviesa con su espada ese corazón.

Él se aparta. Se repone. Herido, aunque no de gravedad. Bruscamente la golpea en la muñeca sin miramiento alguno, haciendo que deba soltar su espada. Con una segunda estocada le deja una fea raja en el pecho…

Y brotan...

Brota la sangre. Brota la rabia. Brota orgullo. Brota venganza.

Desarmada, recula: en guardia, dando vueltas. Furiosa y temerosa. Sí. Pero aun desafiante.

Se lame la muñeca, mientras sigue estudiándole. Estudiándose.

Se aleja, como el relámpago.

Que el aire corra entre sus cuerpos. Que su herida cure, que la sangre empiece a coagular. Su piel ya no es perfecta, y lucirá en adelante una fea cicatriz.

Él la infravalora, ella aprovecha la ocasión para recuperar su arma.

Pero la derrota trajo consigo el aprendizaje.

En esta danza, prima la sutileza, la gracia, lo inesperado. En esta guerra, tantea, lanza golpes rápidos y contundentes. Aléjate, deja espacio, espera, recupérate, y sigue bailando

No hay comentarios: